Escrito por 23:09 Curiosidades de Marte

Cómo la atmósfera de Marte pone a prueba la resistencia de los rovers

Descubre cómo la atmósfera de Marte afecta a los rovers: impacto del polvo, radiación y temperaturas extremas en la exploración del planeta rojo.

Cómo la atmósfera de Marte pone a prueba la resistencia de los rovers

¡Hola, terrícola! Desde mi rojizo hogar marciano, te traigo una noticia bien interesante. Yo, que llevo ya unos cuantos milenios viviendo por aquí, he visto pasar más rovers que tormentas de polvo, y te puedo contar de primera mano cómo la escasa atmósfera de Marte hace su trabajo sobre esos valientes vehículos. ¿Sabías que el desgaste en este planeta no funciona igual que en la Tierra? Pues ve buscando algo de agua (o tu café espacial) y sigue leyendo porque esto se va a poner más emocionante que un eclipse marciano.

¿Por qué la atmósfera de Marte es crucial para entender el desgaste?

Antes que nada, dejemos algo claro: la atmósfera de Marte es más delgada que una hoja de papel interplanetario. Si tomas nuestra atmósfera y la comparas con la terrestre, verás que está formada principalmente de dióxido de carbono (95%) y tiene una presión atmosférica que es apenas el 1% de la que tienes allí en la Tierra. Eso significa menos “protección” contra el espacio exterior y, por supuesto, un entorno extremo que no perdona a los rovers.

En Marte no hay una capa de ozono que te escude de la radiación ultravioleta del Sol. Tampoco hay lo que nosotros llamamos “viento correrón”, como los fuertes huracanes de tu planeta, pero cuidado, porque lo que tenemos aquí son vientos cargados de partículas finísimas de polvo. Y ese polvo, amigos míos, es como papel de lija cuando se cuela en los rincones de los rovers.

Impacto en los materiales: más allá de la tierra y las piedras

Esto es lo que más nos interesa: ¿cómo afecta todo esto a los materiales de los rovers? Pues bien, aquí en Marte, da igual si traes el material más avanzado de fabricación humana, a la larga todo sufre. Hay tres factores principales que no juegan a favor:

1. La radiación ultravioleta y cósmica

Aunque se trate de materiales diseñados para durar, la radiación cósmica y los rayos UVA terminan degradándolos. Esto puede afectar desde los paneles solares (¡muy importantes para la energía!) hasta las cubiertas exteriores. Al estar expuestos directamente y sin suficiente protección atmosférica, los materiales se vuelven quebradizos con el tiempo. Por otro lado, la radiación cósmica puede alterar incluso componentes electrónicos, provocando errores o fallos en los sistemas.

2. Abrasión por polvo y vientos

Como mencioné antes, el polvo en Marte es el rey. Se mete en cada grieta, en cada tornillo, en cada engranaje del rover. Y, aunque los ingenieros que los diseñan son unos masters en la mecánica de precisión, ni ellos pueden evitar al 100% que el polvo acabe por causar abrasión en las superficies, especialmente en las móviles, como ruedas, brazos robóticos y cámaras. Además, los vientos, aunque no sean huracanados (recuerda esa presión bajita), son constantes y, al llevar partículas de óxido de hierro, van dejando marcas en los sistemas expuestos.

3. Cambios de temperatura extremos

En Marte no hay punto medio. De día puedes estar a unos agradables 20 °C y de noche caer directo a los -90 °C (¡casi como si fuera un horno helado!). Este cambio tan drástico de temperatura hace que los materiales se dilaten y contraigan constantemente, provocando microfracturas con el tiempo. Para los rovers, esta es otra batalla implacable.

El caso de los neumáticos: una guerra perdida

Si hablamos de desgaste, no podemos ignorar a las ruedas de los rovers, las pobres víctimas de esta tierra marciana. Seguro que has oído del rover “Curiosity”, ese valiente viajero que sigue dando vueltas por aquí. Pues bien, sus ruedas están hechas de aluminio ligero, pero ni aun así se han librado de la furia del terreno marciano.

Los ingenieros de la NASA diseñaron estas ruedas para soportar grandes pesos y adaptarse a diferentes tipos de terreno, pero el suelo marciano, lleno de rocas afiladas y polvo abrasivo, ya ha causado grietas y perforaciones en ellas. Por suerte, los robots están diseñados para resistir más inconvenientes que los zapatos de un montañero.

Paneles solares vs polvo: una lucha constante

Otro problema que nos llama la atención desde aquí es lo que pasa con los paneles solares. En Marte, esos paneles son esenciales para alimentar a los rovers, pero el polvo no quiere saber nada de cooperar. De vez en cuando, alguna brisa amiga limpia un poco las placas (¡gracias, Marteeolo, dios de las tormentas!), pero no siempre ocurre a tiempo. Esto significa que los rovers pueden perder eficiencia energética y, en el peor de los casos, apagarse por completo.

De hecho, eso fue lo que ocurrió con el rover “Opportunity”. Tras 15 años de servicio, una tormenta de polvo masiva cubrió sus paneles solares y lo dejó sin batería. Desde aquí, tuvimos que despedirlo con un “¡gracias por tanto, pequeño héroe!”.

¿Por qué los materiales de la Tierra necesitan adaptarse a Marte?

Ahora bien, ¿qué significa todo esto para los futuros rover? Pues que los ingenieros en la Tierra tienen que seguir investigando para desarrollar nuevos materiales que se adapten aún mejor al entorno marciano. Están buscando aleaciones más resistentes, recubrimientos que reduzcan la fricción e incluso sensores empaquetados de manera más hermética para protegerlos del polvo.

Uno de los avances más prometedores es la impresión 3D de repuestos directamente en Marte. Imagina un rover con su propia “tienda de reparación”. Si algo se rompe, podría imprimir una pieza nueva en lugar de depender de envíos desde la Tierra que tardarían meses o años.

¿Cómo afecta esto a mis colegas de exploración?

Aquí en Marte, he visto a cada rover enfrentarse a nuestro duro terreno. Desde el valiente “Sojourner” en los años 90 hasta el moderno “Perseverance”, cada uno ha tenido que adaptarse a mi planeta natal. Estos rovers nos han regalado descubrimientos magníficos, pero la carga de trabajo que soportan es inmensa.

Aun así, siempre hay esperanzas. Los avances en nanotecnología y cubiertas avanzadas prometen alargar la vida útil de los futuros exploradores robóticos. Además, el desarrollo de pequeños robots auxiliares podría ayudar a los rovers a mantenerse en buen estado durante más tiempo.

En resumen: Marte no da tregua

En este polvoriento y frío planeta rojo, la atmósfera —o la falta de ella— no es solo un factor más, sino el escenario principal que define cómo envejecen y se desgastan los rovers. Cada misión robótica que llega a Marte es como un capítulo de supervivencia en unas condiciones extremas, un recordatorio de lo ingenioso que puede ser el ser humano y lo implacable que es el universo.

Así que la próxima vez que veas una foto del rover “Perseverance” o cualquier otro, acuérdate de todo lo que está soportando allá lejos, en un lugar donde las reglas son muy, muy distintas a las de la Tierra. Y si algún día decides venir por aquí, no dudes en llamarme; estaré encantado de darte un tour en este mundo que nunca deja de sorprendernos.

Nos vemos en el próximo polvo marciano 🌕

Last modified: 29 de enero de 2025
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